Unidad 9 Ciudades de España
TEMA 9 EL ESPACIO URBANO
En este tema los puntos que vamos a tocar serán:
EL CONCEPTO DE CIUDAD
EL PROCESO DE URBANIZACIÓN
LA MORFOLOGÍA URBANA
LA ESTRUCTURA URBANA
PROBLEMAS DE LAS CIUDADES ESPAÑOLAS Y ORDENACIÓN URBANA
EL SISTEMA URBANO ESPAÑOL
1. EL CONCEPTO DE CIUDAD
Para definir qué es una ciudad tenemos que diferenciar los criterios cuantitativos (municipios de más de 10.000 habitantes) de los cualitativos (morfológico: aspecto formal caracterizado por el poblamiento concentrado, alta densidad de edificación y población, predominio de la vivienda colectiva y en altura; funcional: actividades diferentes de las agrarias; sociológico: relaciones más impersonales, mayor diversidad social; y espacial: influencia en interrelación con otros núcleos urbanos).
2. EL PROCESO DE URBANIZACIÓN
a) La urbanización preindustrial comprende:
Una tasa de urbanización modesta (inferior al 10%) y un tamaño medio de las ciudades de 5-10.00 habitantes (pocas superaban los 25.000).
Los factores de urbanización eran militares, político-administrativos, económicos, religiosos y culturales.
Las etapas se desarrollan en tres fases: en la edad Antigua (ciudades fenicias como Cádiz o griegas como Ampurias, romanización con ciudades como Zaragoza, Barcelona, Sevilla, Valencia, y una fase de desurbanización a partir de la crisis del siglo III), en la edad Media (espacio musulmán esencialmente urbano con importancia en Córdoba o Sevilla y espacio cristiano con urbanización escasa excepto la zona del camino de Santiago y posteriormente con la reactivación del comercio en Barcelona, Valencia o Bilbao) y la edad Moderna (Sevilla y Madrid, por influencia de las relaciones con América).
b) La urbanización industrial comprende:
La tasa de urbanización experimentó un gran crecimiento.
Los factores de urbanización serán administrativos y económico-sociales.
Las etapas de desarrollo serán cuatro: hasta mediados del siglo XIX (con un 25% de tasa, siendo los principales factores el comercio y la capitalidad provincial), desde mediados del XIX hasta la Guerra Civil (con la industria, casi doblando la tasa de urbanización), Guerra Civil y posguerra (hasta 1959, con ralentización, excepto quizá en Madrid, Barcelona o Bilbao) y etapa del desarrollo (1960-75, llegando casi a un 70% de tasa, con aumento de la industria, turismo y otros sectores del terciario). La concentración se da fundamentalmente en grandes ciudades.
c) La urbanización posindustrial (desde 1975):
La tasa de urbanización ha desacelerado su crecimiento (aunque en la actualidad se sitúa por encima del 75%).
Los factores de urbanización van fundamentalmente ligados al terciario (mientras la industria pierde peso).
Etapa desde 1975 a 2014, con freno a la concentración en los grandes núcleos y difusión hacia ciudades medias y pequeñas
3. LA MORFOLOGÍA URBANA
La morfología es el aspecto externo que presenta la ciudad; distinguimos cinco elementos que son el emplazamiento (que depende de la topografía y la función para la que se creó la ciudad), la situación (es la posición relativa de la ciudad respecto a un entorno geográfico amplio), el plano (con sus calles, plazas o parques y que responde a tres tipos de trazado: irregular –con calles estrechas y tortuosas-, radiocéntrico –con calles radiales desde el centro formando una estructura anular que puede ser regular o irregular- y ortogonal –con calles que se cortan en ángulo recto-), la construcción (que incluye la trama –si los edificios están muy juntos o dejan espacios abiertos- y la edificación –viviendas colectivas como edificios en altura o individuales como los chalets) y los usos del suelo –comercial, industrial, residencial…-.
4. LA ESTRUCTURA URBANA
La estructura urbana es la división de la ciudad en áreas con morfología y funciones características. Fruto de la evolución histórica, es una estructura compleja, y se suele dividir en casco antiguo (correspondiente al centro histórico), ensanche y periferia. Además, comentaremos las aglomeraciones urbanas, al juntarse diferentes núcleos urbanos debido al gran crecimiento demográfico y a las diferentes actividades económicas.
El casco antiguo es herencia de la época preindustrial. Casi todas las ciudades estaban rodeadas de murallas por motivos militares y fiscales, el plano solía ser irregular, la trama urbana era cerrada con casas muy juntas –aunque algunas tenían patios y corrales- y la edificación unifamiliar de baja altura, usos diversos del suelo –viviendas junto a talleres y tiendas-, cierta jerarquización social del espacio –grupos dominantes en el centro junto al Palacio o la Mezquita, minorías sociales en barrios separados…. Las fases de urbanización fueron cuatro: ciudad romana, Edad Media –con ciudades musulmanas y cristianas-, Renacimiento y Barroco e Ilustración.
Con la industrialización (siglo XIX-1975) en el plano se abren nuevas plazas y grandes vías, la trama se densificó para aprovechar más el espacio, los usos del suelo se van terciarizando (bancos, hoteles, bares) y se produce una cierta segregación social con grupos de bajos ingresos en zonas degradadas y otros de altos ingresos en zonas renovadas.
En la época posindustrial el trazado se modifica –ante los problemas para el tráfico se prefiere peatonalizar, hacer jardines, etc.-, la edificación sufre el deterioro de zonas antiguas y la renovación y recuperación de edificios históricos en otras, los usos del suelo cambian con comercios de inmigrantes, nuevas zonas de ocio, etc. y socialmente hay una polarización.
Con respecto al ensanche es típico de la época industrial y encontramos tres elementos: el ensanche burgués, los barrios obreros y las ciudades-jardín.
El ensanche burgués en el momento de su creación adoptó el plano regular en cuadrícula, con trama de baja densidad en manzanas abiertas edificación con palacetes o lujosas villas y usos residencial para la burguesía enriquecida. Los primeros ensanches se hicieron en Barcelona (Ildefons Cerdá, 1859) y Madrid (Carlos María de Castro, 1860). Con el tiempo el ensanche experimenta modificaciones con trama más densa y manzanas edificadas por los cuatro lados, edificación vertical con bloques de pisos más modestos que sustituyen a los palacetes, nuevos usos del suelo (oficinas, comercios, ocio). En la actualidad hay un proceso de modernización y embellecimiento en algunos ensanches.
Los barrios obreros están ligados a las zonas industriales (fábricas, talleres, almacenes) y a las viviendas para trabajadores y personal de menor nivel adquisitivo. En el momento de su creación adoptaron un plano desorganizado, con trama cerrada y densa, viviendas de poco espacio y calidad y usos del suelo como hemos indicado, industriales y residenciales. En la actualidad su posición ha quedado más céntrica por el crecimiento de la ciudad, lo que ha dado lugar a revalorización del precio del suelo (trasladando la industria a otros lugares y construcción de nuevas viviendas en su lugar) o bien se han quedado obsoletas, provocando deterioro y espacios marginales.
Los barrios o ciudades-jardín se crearon a finales del XIX y primer tercio del XX como resultado de las ideas naturalistas e higienistas de la época. La ciudad jardín desarrollada por el británico Howard adopta el modelo de casas unifamiliares baratas con reducido tamaño y pequeños jardines, en principio pensadas para la clase trabajadora, pero realmente serán ocupadas por una clase media creciente. La ciudad lineal de Arturo Soria fue un proyecto que buscaba rodear la ciudad de Madrid por una gran calle con 40 metros de ancho, manzanas de casas unifamiliares con huerto y jardín, servicios básicos y transportes, pero quedó limitada a una pequeña parte de la zona nordeste de Madrid y con las viviendas unifamiliares sustituidas por bloques de viviendas, oficinas y centros comerciales.
Con respecto a la periferia, hay que indicar que el crecimiento urbano de los años 50 y sobre todo 60 da lugar a lo que se llama “ciudad difusa” con zonas mitad urbana mitad rurales, alejadas del centro.
Tenemos aquí zonas residenciales, que pueden ser de tipo marginal (chabolismo), de promoción oficial (viviendas protegidas, de trama abierta, construcción monótona, baja calidad que provoca un envejecimiento prematuro…), de promoción privada (con trama
abierta, con forma en H, aspecto de colmena), barrios de manzana cerrada y áreas de vivienda unifamiliar.
También hay áreas industriales (polígonos industriales) y áreas de equipamiento (centros comerciales, colegios, hospitales…).
Con respecto a las aglomeraciones urbanas, pueden ser de diferentes tipos:
· Áreas metropolitanas: están formadas por una ciudad principal y varios municipios de su entorno (Madrid con respecto a Móstoles, Leganés, Getafe, etc. que fueron “ciudades dormitorio”) con los que establece relaciones jerárquicas en que los sistemas de transporte tienen un papel fundamental.
· La conurbación: es una aglomeración continua formada a partir del crecimiento paralelo de dos o más ciudades hasta unirse (Alicante-Elche, Málaga-Marbella, Vigo-Pontevedra).
· La región urbana: es una aglomeración discontinua integrada por ciudades dispersas (el centro de Asturias).
· La megalópolis: aglomeración de extensión suprarregional con diversos elementos (áreas metropolitanas, conurbaciones…) con funciones distintas, que crecen y forman un área discontinua pero sin fracturas (eje mediterráneo desde Cartagena a la frontera francesa)
5. PROBLEMAS DE LAS CIUDADES ESPAÑOLAS Y ORDENACIÓN URBANA
Hay cuatro tipos de problemas: derivados de la aglomeración (densificación demográfica y constructiva, elevado precio de la vivienda –tanto de compra como de alquiler-, necesidad de abastecimientos y equipamientos, problemas de tráfico y transporte); económicos (excesiva terciarización de la actividad económica); sociales (estrés, desempleo, desarraigo, marginación…); ambientales (contaminación atmosférica, ruidos, residuos, eliminación de espacios verdes).
Con respecto a la ordenación, tenemos cinco agentes sociales que intervienen (propietarios del suelo, promotores e inmobiliarias, empresarios industriales, poder político y ciudadanos) y diferentes políticas que históricamente se han planteado (planes de saneamiento, reconstrucción de ciudades destruidas en la Guerra Civil –Gernika, Brunete, Belchite-Planes Generales de Ordenación Urbana, etc.
6. EL SISTEMA URBANO ESPAÑOL
Las ciudades españolas se relacionan con su entorno y con otras ciudades constituyendo sistemas o redes urbanos.
Hasta la década de 1980 el sistema urbano español era el heredado de la época industrial pero a partir de esa década la integración en Europa y en el sistema económico mundial han dado lugar a cambios.
Las características del sistema urbano español están marcadas por:
· El tamaño: Hay 15 aglomeraciones urbanas que superan el medio millón de habitantes (Madrid y Barcelona a la cabeza, después cinco aglomeraciones que son Valencia, Sevilla, Bilbao, Ciudad Astur y Málaga y por fin otras ocho que son Zaragoza, Alicante-Elche, Bahía de Cádiz, Murcia, Las Palmas, Granada, Vigo y Palma de Mallorca); en segundo lugar hay un elevado número de ciudades entre 400.000 y 150.000 habitantes.
· Las funciones: con ciudades primarias (agrociudades manchegas, andaluzas y murcianas y ciudades mineras en Asturias), ciudades secundarias (en País Vasco, Cataluña o Asturias que giran en torno a la industria) y ciudades terciarias (comerciales, administrativas, turísticas, etc.).
· Su área de influencia: que no es permanente sino que puede variar con el tiempo.
· La jerarquía: con metrópolis (por encima de los 200.000 habitantes y son nacionales como Madrid o Barcelona, regionales como Bilbao o Sevilla, subregionales como Valladolid o Pamplona), ciudades medias (por encima de los 50.000 habitantes como Toledo o Lugo) y pequeñas ciudades (por encima de 10.000 como Astorga).
El sistema de ciudades viene marcado en España por tres elementos: Madrid (la capital del estado, con relaciones con las principales ciudades españolas, con actividades terciarias), los ejes periféricos (atlántico gallego, cantábrico, mediterráneo, del Ebro y andaluz) y el interior peninsular (sin ejes urbanos integrados).
Los cambios recientes en el sistema urbano generan sistemas regionales con tres tipologías: monocéntricos primados (unidireccionales desde un gran centro sin centros intermedios (en Madrid desde la ciudad de Madrid a centros pequeños, en Aragón desde Zaragoza, en Cantabria desde Santander, etc.), monocéntricos jerarquizados (con centros intermedios: de Valencia hacia Alicante a centros pequeños, de Sevilla a Córdoba…) y sistemas policéntricos (con distintos flujos bidireccionales y unidireccionales en Galicia, Asturias, etc.).
A nivel europeo, desde 1986 nuestro país se integra en Europa y esto supone que las ciudades españolas entren en la relación de jerarquía (ninguna entre las metrópolis globales, pero Madrid y Barcelona y en menor medida Bilbao y Valencia aparecen entre las metrópolis de importancia) y en el sistema de ciudades (finisterres que forman el arco atlántico con Vigo o La Coruña, ciudades del sur como Sevilla, arco mediterráneo de Cartagena a Venecia –pasando por Valencia, Barcelona, Marsella) pero fuera de la gran dorsal urbana europea (de Inglaterra al sur de Francia); está por ver si el eje diagonal de Lisboa a Barcelona –pasando por Madrid y Zaragoza- se puede consolidar y conectar con el eje mediterráneo.
A nivel mundial Madrid, Barcelona y algunos puntos turísticos concretos serían los que podrían tener una cierta importancia.
En este tema los puntos que vamos a tocar serán:
EL CONCEPTO DE CIUDAD
EL PROCESO DE URBANIZACIÓN
LA MORFOLOGÍA URBANA
LA ESTRUCTURA URBANA
PROBLEMAS DE LAS CIUDADES ESPAÑOLAS Y ORDENACIÓN URBANA
EL SISTEMA URBANO ESPAÑOL
1. EL CONCEPTO DE CIUDAD
Para definir qué es una ciudad tenemos que diferenciar los criterios cuantitativos (municipios de más de 10.000 habitantes) de los cualitativos (morfológico: aspecto formal caracterizado por el poblamiento concentrado, alta densidad de edificación y población, predominio de la vivienda colectiva y en altura; funcional: actividades diferentes de las agrarias; sociológico: relaciones más impersonales, mayor diversidad social; y espacial: influencia en interrelación con otros núcleos urbanos).
2. EL PROCESO DE URBANIZACIÓN
a) La urbanización preindustrial comprende:
Una tasa de urbanización modesta (inferior al 10%) y un tamaño medio de las ciudades de 5-10.00 habitantes (pocas superaban los 25.000).
Los factores de urbanización eran militares, político-administrativos, económicos, religiosos y culturales.
Las etapas se desarrollan en tres fases: en la edad Antigua (ciudades fenicias como Cádiz o griegas como Ampurias, romanización con ciudades como Zaragoza, Barcelona, Sevilla, Valencia, y una fase de desurbanización a partir de la crisis del siglo III), en la edad Media (espacio musulmán esencialmente urbano con importancia en Córdoba o Sevilla y espacio cristiano con urbanización escasa excepto la zona del camino de Santiago y posteriormente con la reactivación del comercio en Barcelona, Valencia o Bilbao) y la edad Moderna (Sevilla y Madrid, por influencia de las relaciones con América).
b) La urbanización industrial comprende:
La tasa de urbanización experimentó un gran crecimiento.
Los factores de urbanización serán administrativos y económico-sociales.
Las etapas de desarrollo serán cuatro: hasta mediados del siglo XIX (con un 25% de tasa, siendo los principales factores el comercio y la capitalidad provincial), desde mediados del XIX hasta la Guerra Civil (con la industria, casi doblando la tasa de urbanización), Guerra Civil y posguerra (hasta 1959, con ralentización, excepto quizá en Madrid, Barcelona o Bilbao) y etapa del desarrollo (1960-75, llegando casi a un 70% de tasa, con aumento de la industria, turismo y otros sectores del terciario). La concentración se da fundamentalmente en grandes ciudades.
c) La urbanización posindustrial (desde 1975):
La tasa de urbanización ha desacelerado su crecimiento (aunque en la actualidad se sitúa por encima del 75%).
Los factores de urbanización van fundamentalmente ligados al terciario (mientras la industria pierde peso).
Etapa desde 1975 a 2014, con freno a la concentración en los grandes núcleos y difusión hacia ciudades medias y pequeñas
3. LA MORFOLOGÍA URBANA
La morfología es el aspecto externo que presenta la ciudad; distinguimos cinco elementos que son el emplazamiento (que depende de la topografía y la función para la que se creó la ciudad), la situación (es la posición relativa de la ciudad respecto a un entorno geográfico amplio), el plano (con sus calles, plazas o parques y que responde a tres tipos de trazado: irregular –con calles estrechas y tortuosas-, radiocéntrico –con calles radiales desde el centro formando una estructura anular que puede ser regular o irregular- y ortogonal –con calles que se cortan en ángulo recto-), la construcción (que incluye la trama –si los edificios están muy juntos o dejan espacios abiertos- y la edificación –viviendas colectivas como edificios en altura o individuales como los chalets) y los usos del suelo –comercial, industrial, residencial…-.
4. LA ESTRUCTURA URBANA
La estructura urbana es la división de la ciudad en áreas con morfología y funciones características. Fruto de la evolución histórica, es una estructura compleja, y se suele dividir en casco antiguo (correspondiente al centro histórico), ensanche y periferia. Además, comentaremos las aglomeraciones urbanas, al juntarse diferentes núcleos urbanos debido al gran crecimiento demográfico y a las diferentes actividades económicas.
El casco antiguo es herencia de la época preindustrial. Casi todas las ciudades estaban rodeadas de murallas por motivos militares y fiscales, el plano solía ser irregular, la trama urbana era cerrada con casas muy juntas –aunque algunas tenían patios y corrales- y la edificación unifamiliar de baja altura, usos diversos del suelo –viviendas junto a talleres y tiendas-, cierta jerarquización social del espacio –grupos dominantes en el centro junto al Palacio o la Mezquita, minorías sociales en barrios separados…. Las fases de urbanización fueron cuatro: ciudad romana, Edad Media –con ciudades musulmanas y cristianas-, Renacimiento y Barroco e Ilustración.
Con la industrialización (siglo XIX-1975) en el plano se abren nuevas plazas y grandes vías, la trama se densificó para aprovechar más el espacio, los usos del suelo se van terciarizando (bancos, hoteles, bares) y se produce una cierta segregación social con grupos de bajos ingresos en zonas degradadas y otros de altos ingresos en zonas renovadas.
En la época posindustrial el trazado se modifica –ante los problemas para el tráfico se prefiere peatonalizar, hacer jardines, etc.-, la edificación sufre el deterioro de zonas antiguas y la renovación y recuperación de edificios históricos en otras, los usos del suelo cambian con comercios de inmigrantes, nuevas zonas de ocio, etc. y socialmente hay una polarización.
Con respecto al ensanche es típico de la época industrial y encontramos tres elementos: el ensanche burgués, los barrios obreros y las ciudades-jardín.
El ensanche burgués en el momento de su creación adoptó el plano regular en cuadrícula, con trama de baja densidad en manzanas abiertas edificación con palacetes o lujosas villas y usos residencial para la burguesía enriquecida. Los primeros ensanches se hicieron en Barcelona (Ildefons Cerdá, 1859) y Madrid (Carlos María de Castro, 1860). Con el tiempo el ensanche experimenta modificaciones con trama más densa y manzanas edificadas por los cuatro lados, edificación vertical con bloques de pisos más modestos que sustituyen a los palacetes, nuevos usos del suelo (oficinas, comercios, ocio). En la actualidad hay un proceso de modernización y embellecimiento en algunos ensanches.
Los barrios obreros están ligados a las zonas industriales (fábricas, talleres, almacenes) y a las viviendas para trabajadores y personal de menor nivel adquisitivo. En el momento de su creación adoptaron un plano desorganizado, con trama cerrada y densa, viviendas de poco espacio y calidad y usos del suelo como hemos indicado, industriales y residenciales. En la actualidad su posición ha quedado más céntrica por el crecimiento de la ciudad, lo que ha dado lugar a revalorización del precio del suelo (trasladando la industria a otros lugares y construcción de nuevas viviendas en su lugar) o bien se han quedado obsoletas, provocando deterioro y espacios marginales.
Los barrios o ciudades-jardín se crearon a finales del XIX y primer tercio del XX como resultado de las ideas naturalistas e higienistas de la época. La ciudad jardín desarrollada por el británico Howard adopta el modelo de casas unifamiliares baratas con reducido tamaño y pequeños jardines, en principio pensadas para la clase trabajadora, pero realmente serán ocupadas por una clase media creciente. La ciudad lineal de Arturo Soria fue un proyecto que buscaba rodear la ciudad de Madrid por una gran calle con 40 metros de ancho, manzanas de casas unifamiliares con huerto y jardín, servicios básicos y transportes, pero quedó limitada a una pequeña parte de la zona nordeste de Madrid y con las viviendas unifamiliares sustituidas por bloques de viviendas, oficinas y centros comerciales.
Con respecto a la periferia, hay que indicar que el crecimiento urbano de los años 50 y sobre todo 60 da lugar a lo que se llama “ciudad difusa” con zonas mitad urbana mitad rurales, alejadas del centro.
Tenemos aquí zonas residenciales, que pueden ser de tipo marginal (chabolismo), de promoción oficial (viviendas protegidas, de trama abierta, construcción monótona, baja calidad que provoca un envejecimiento prematuro…), de promoción privada (con trama
abierta, con forma en H, aspecto de colmena), barrios de manzana cerrada y áreas de vivienda unifamiliar.
También hay áreas industriales (polígonos industriales) y áreas de equipamiento (centros comerciales, colegios, hospitales…).
Con respecto a las aglomeraciones urbanas, pueden ser de diferentes tipos:
· Áreas metropolitanas: están formadas por una ciudad principal y varios municipios de su entorno (Madrid con respecto a Móstoles, Leganés, Getafe, etc. que fueron “ciudades dormitorio”) con los que establece relaciones jerárquicas en que los sistemas de transporte tienen un papel fundamental.
· La conurbación: es una aglomeración continua formada a partir del crecimiento paralelo de dos o más ciudades hasta unirse (Alicante-Elche, Málaga-Marbella, Vigo-Pontevedra).
· La región urbana: es una aglomeración discontinua integrada por ciudades dispersas (el centro de Asturias).
· La megalópolis: aglomeración de extensión suprarregional con diversos elementos (áreas metropolitanas, conurbaciones…) con funciones distintas, que crecen y forman un área discontinua pero sin fracturas (eje mediterráneo desde Cartagena a la frontera francesa)
5. PROBLEMAS DE LAS CIUDADES ESPAÑOLAS Y ORDENACIÓN URBANA
Hay cuatro tipos de problemas: derivados de la aglomeración (densificación demográfica y constructiva, elevado precio de la vivienda –tanto de compra como de alquiler-, necesidad de abastecimientos y equipamientos, problemas de tráfico y transporte); económicos (excesiva terciarización de la actividad económica); sociales (estrés, desempleo, desarraigo, marginación…); ambientales (contaminación atmosférica, ruidos, residuos, eliminación de espacios verdes).
Con respecto a la ordenación, tenemos cinco agentes sociales que intervienen (propietarios del suelo, promotores e inmobiliarias, empresarios industriales, poder político y ciudadanos) y diferentes políticas que históricamente se han planteado (planes de saneamiento, reconstrucción de ciudades destruidas en la Guerra Civil –Gernika, Brunete, Belchite-Planes Generales de Ordenación Urbana, etc.
6. EL SISTEMA URBANO ESPAÑOL
Las ciudades españolas se relacionan con su entorno y con otras ciudades constituyendo sistemas o redes urbanos.
Hasta la década de 1980 el sistema urbano español era el heredado de la época industrial pero a partir de esa década la integración en Europa y en el sistema económico mundial han dado lugar a cambios.
Las características del sistema urbano español están marcadas por:
· El tamaño: Hay 15 aglomeraciones urbanas que superan el medio millón de habitantes (Madrid y Barcelona a la cabeza, después cinco aglomeraciones que son Valencia, Sevilla, Bilbao, Ciudad Astur y Málaga y por fin otras ocho que son Zaragoza, Alicante-Elche, Bahía de Cádiz, Murcia, Las Palmas, Granada, Vigo y Palma de Mallorca); en segundo lugar hay un elevado número de ciudades entre 400.000 y 150.000 habitantes.
· Las funciones: con ciudades primarias (agrociudades manchegas, andaluzas y murcianas y ciudades mineras en Asturias), ciudades secundarias (en País Vasco, Cataluña o Asturias que giran en torno a la industria) y ciudades terciarias (comerciales, administrativas, turísticas, etc.).
· Su área de influencia: que no es permanente sino que puede variar con el tiempo.
· La jerarquía: con metrópolis (por encima de los 200.000 habitantes y son nacionales como Madrid o Barcelona, regionales como Bilbao o Sevilla, subregionales como Valladolid o Pamplona), ciudades medias (por encima de los 50.000 habitantes como Toledo o Lugo) y pequeñas ciudades (por encima de 10.000 como Astorga).
El sistema de ciudades viene marcado en España por tres elementos: Madrid (la capital del estado, con relaciones con las principales ciudades españolas, con actividades terciarias), los ejes periféricos (atlántico gallego, cantábrico, mediterráneo, del Ebro y andaluz) y el interior peninsular (sin ejes urbanos integrados).
Los cambios recientes en el sistema urbano generan sistemas regionales con tres tipologías: monocéntricos primados (unidireccionales desde un gran centro sin centros intermedios (en Madrid desde la ciudad de Madrid a centros pequeños, en Aragón desde Zaragoza, en Cantabria desde Santander, etc.), monocéntricos jerarquizados (con centros intermedios: de Valencia hacia Alicante a centros pequeños, de Sevilla a Córdoba…) y sistemas policéntricos (con distintos flujos bidireccionales y unidireccionales en Galicia, Asturias, etc.).
A nivel europeo, desde 1986 nuestro país se integra en Europa y esto supone que las ciudades españolas entren en la relación de jerarquía (ninguna entre las metrópolis globales, pero Madrid y Barcelona y en menor medida Bilbao y Valencia aparecen entre las metrópolis de importancia) y en el sistema de ciudades (finisterres que forman el arco atlántico con Vigo o La Coruña, ciudades del sur como Sevilla, arco mediterráneo de Cartagena a Venecia –pasando por Valencia, Barcelona, Marsella) pero fuera de la gran dorsal urbana europea (de Inglaterra al sur de Francia); está por ver si el eje diagonal de Lisboa a Barcelona –pasando por Madrid y Zaragoza- se puede consolidar y conectar con el eje mediterráneo.
A nivel mundial Madrid, Barcelona y algunos puntos turísticos concretos serían los que podrían tener una cierta importancia.
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