Industria concentrada en Huelva
La
fotografía presenta un paisaje industrial correspondiente al área
industrial de Huelva, en la comunidad autónoma de Andalucía. Se
localiza en una zona de marismas, en la ría de los ríos Tinto y el
Odiel, con centro en la ciudad de Huelva.
Los
factores que explican la localización industrial en esta zona son:
–
La proximidad de importantes yacimientos minerales localizados en la
provincia, tanto metálicos (hierro, plomo, cinc, cobre, hierro y
oro), como no metálicos (atapulgita), que aportan las materias
primas básicas.
–
La existencia de un puerto, en el estuario de los ríos Tinto y
Odiel, permite la fácil importación de materias primas y fuentes de
energía, así como la exportación de los recursos de su hinterland
minero y de los productos transformados por la industria.
–
La cercanía de núcleos urbanos destacados, tanto de la provincia
(la propia capital, Huelva) como de la región, favorece la
localización industrial, pues las ciudades constituyen un mercado
para los productos y abastecen de la mano de obra necesaria.
– La política industrial. La minería provocó desde antiguo cierto desarrollo industrial, que se vio activado en la década de 1960, cuando, para fomentar la industria andaluza, se designó a esta zona como polo de promoción, lo que implicaba la concesión de beneficios fiscales y financieros a las empresas que se estableciesen en él. Aunque el objetivo era expandir la industrialización a partir de los focos elegidos, se creó un proceso de concentración industrial en ellos, que polarizó en esta dirección la economía de la provincia.
Puede
apreciarse que este paisaje industrial corresponde al modelo de
localización industrial concentrada. Las ventajas que dan lugar a
estas aglomeraciones industriales son las mayores facilidades para el
abastecimiento (industrias complementarias), para el transporte, para
la obtención de mano de obra especializada, para las ventas y para
los servicios (gestión, la financiación, etc).
Los
inconvenientes, cuando la concentración se hace excesiva, son la
saturación y consiguiente encarecimiento del suelo, de los
equipamientos y de las infraestructuras; el aumento de la
conflictividad laboral y el deterioro del medio ambiente, que en este
caso se acentúa por el predominio de la industria pesada.
Las
características de la industria asentada en este espacio son las
siguientes:
–
Predominan
las industrias básicas, que transforman las materias primas en
productos semielaborados. En unos casos son industrias metálicas
pesadas que transforman los minerales metálicos de la región. En
otros casos son industrias petroquímicas integradas con la actividad
refinería, dado que la posición de este complejo industrial en la
costa sur de la Península lo coloca en una situación privilegiada
para la importación de crudo, que se realiza por mar. Las
producciones más destacadas son hierro, ácido sulfúrico y abonos
minerales. Aellas se unen las de celulosa, en relación con su
riqueza maderera; y las conservas de pescado, favorecidas por la
actividad pesquera.
–
En
el caso de las más destacadas (la metalúrgica y la petroquímica)
se trata de industrias de gran tamaño, que tecnológicamente se
encuadran dentro de los llamados sectores maduros, muy intensivos en
consumo de energía y de mano de obra, por lo que tienen gran
importancia social, dado el alto volumen de empleo que generan. Los
problemas actuales a los que se enfrentan estas industrias son los
siguientes:
–
Se
encuentran dentro de los sectores industriales maduros que, a partir
de la crisis del petróleo, se han visto sometidos a procesos de
reconversión con ajustes productivos y laborales; se enfrentan a la
competencia de nuevos países industrializados que producen a precios
más bajos debido al reducido coste de la mano de obra; y sufren la
reducción de la demanda de algunos productos por la aparición de
productos sustitutivos.
–
La
industria básica, surgida en una época en la que apenas existía la
preocupación medioambiental, produce una importante contaminación
atmosférica y de las aguas, sobre todo por los sectores químico y
metalúrgico. Por tanto, este paisaje industrial puede encuadrarse
actualmente entre las áreas de industrialización inducida que
presentan problemas, estructurales (especialización en sectores
maduros), laborales (mano de obra poco cualificada y conflictiva) y
medioambientales (deterioro del entorno). Todo ello constituye
externalidades negativas que dificultan la creación de nuevos
establecimientos industriales. Para paliar esta situación negativa,
la política industrial actual se propone la reindustrialización o
recomposición del tejido industrial, basada en la modernización
tecnológica de los sectores viables y en la creación de nuevas
actividades de futuro. Además, se llevan a cabo actuaciones
destinadas a paliar los problemas medioambientales, entre las cuales
se encuentra el establecimiento de cupos de emisión de CO2, que
afecta a las grandes instalaciones industriales.
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