Unidad 5 Espacios agrarios

UNIDAD 5 LOS ESPACIOS DEL SECTOR PRIMARIO

Este tema lo dividimos en dos apartados principales:
A EL ESPACIO RURAL
B LOS ESPACIOS DE LA ACTIVIDAD PESQUERA

A EL ESPACIO RURAL
A su vez lo subdividimos en:
FACTORES FÍSICO Y ELEMENTOS HUMANOS
USOS AGRARIOS (agricultura, ganadería y usos forestales)
PAISAJES AGRARIOS
PROBLEMAS Y SUS POSIBLES SOLUCIONES

1.       FACTORES FÍSICO Y ELEMENTOS HUMANOS
El medio natural influye a través de tres elementos que son el relieve (la elevada altitud media y la existencia de pendientes dificultan la mecanización), el clima (existencia de granizo, olas de frío y calor, inundaciones o aridez afectan de forma vital a la agricultura) y los suelos (que en su mayoría son de calidad mediocre y padecen erosión que reduce su fertilidad).
La estructura agraria hay que dividirla en tradicional (mano de obra numerosa en explotaciones medianas o pequeñas trabajando de forma extensiva y con tecnología atrasada, originando bajos rendimientos, producción destinada al autoconsumo y protegida con aranceles) y actual (iniciada a partir de los 60 con el aumento del tamaño de las explotaciones agrarias, la intensificación y la incorporación de tecnología; así, se eleva el rendimiento y la producción se destina a un mercado cada vez más globalizado).
La población que se dedica a estas actividades es escasa (4,5%) y está envejecida (más del 50% entre 40 y 64 años), con valores muy bajos en Madrid y País Vasco (1%) y algo más alto (8%) en Murcia, Extremadura y Galicia. El éxodo rural y la mecanización son las causas (a partir de los 60). Desde 1990 las tendencias son a una continuación del descenso demográfico y del envejecimiento en las zonas más desfavorecidas y a un aumento y rejuvenecimiento en las más dinámicas, con inmigrantes y subvenciones a los jóvenes agricultores.
Las explotaciones agrarias vienen marcadas por la división entre pequeñas, grandes y medias explotaciones y el diferente régimen de tenencia. Las grandes explotaciones (más de 100 hectáreas) son pocas pero suponen casi el 60% de la superficie agraria cultivada y son predominantes en Andalucía Occidental, Extremadura, Castilla-La Mancha y Aragón; en la actualidad muchos latifundios se han convertido en empresas capitalistas muy rentables, algo que antiguamente no ocurría, con escasa inversión y rendimientos bajos. Las pequeñas explotaciones (menos de 10 hectáreas) que son la mayoría de las explotaciones, son una escasa minoría en explotaciones cultivadas (tierras labradas y pastos, ya que la mayoría son forestales, matorrales, eriales…) y son predominantes en el norte peninsular y la Comunidad Valenciana se dividen en tradicionales, con bajos rendimientos y modernas (hortofrutícolas y bajo plástico) más rentables. Con respecto al régimen de tenencia encontramos la directa (el 75%, en que el dueño las explota) y la indirecta (arrendamiento –pago en dinero- o aparcería –pago en especie-) por una persona diferente al dueño.
Las transformaciones técnicas introducen fertilizantes, mecanización, selección genética, que mejoran la producción.
Con respecto al poblamiento, marcado por factores históricos, físicos y económicos, podemos indicar que con más de 10.000 habitantes podemos hablar de ámbito urbano, entre 10 y 2.000 semiurbano y menos de 2.000 rural. El poblamiento puede ser disperso y concentrado. El poblamiento disperso, propio de la periferia peninsular, Baleares y Canarias, es aquel en que la casa rural está rodeada de terrazgo  (cultivos, prados, bosques) y se divide en absoluto (casas aisladas unas de otras, como en Cantabria y Prepirineo catalán), intercalar (con casas diseminadas a partir de núcleos concentrados primitivos, compartiendo parroquia, ayuntamiento o mercado, propio del norte –Galicia, País Vasco, Asturias-, Levante -Valencia, Alicante, Baleares-, vegas andaluzas y ciertas zonas manchegas) y laxo (con pequeñas agrupaciones de casas o aldeas diseminadas propio de la cornisa cantábrica). El poblamiento concentrado está formado por pueblos y villas, propio del interior peninsular y pueden ser lineales (siguiendo una carretera por ejemplo) o apiñados con casas en torno a un núcleo. Éxodo, turismo y crecimiento de las ciudades han ido modificando este hábitat. El tipo de vivienda también es diferente, en función de los materiales (barro en las mesetas, piedra en la periferia, madera entramada como en los caseríos vascos) y el plano (casa bloque con todas las dependencias bajo el mismo techo, a ras de suelo o en altura; y casa compuesta con edificios diferentes para cada función); por desgracia la desaparición de los modos de vida tradicionales han dado lugar al abandono y deterioro de muchas de estas casas, con la pérdida de un importante patrimonio y la ruptura con el paisaje tradicional.
La política agraria también influye de forma decisiva, sobre todo a partir de 1986 con la entrada en la Comunidad Europea y la adopción de la PAC (política agraria común).
·         Desde el XIX hasta la PAC tenemos cuatro tipos de elementos (sistema de propiedad, marcado por factores históricos, que la Segunda República intentó modificar, con fracaso; el inadecuado tamaño de la propiedad que se intenta modificar con la concentración parcelaria –iniciada en 1952 con la pretensión de reducir el minifundio y dar acceso a las fincas, haciéndolas así más rentables, surgiendo fincas más grandes y regulares y menos numerosas, aunque esto ha afectado más a las zonas de monocultivo de secano y no a los problemáticos minifundios del norte y levante- así como la legislación sobre las grandes fincas con el fin de evitar que estén sin cultivar; el proteccionismo comercial –con aranceles a los productos agrarios del exterior que podían hacer la competencia a los españoles-  y el aumento de los rendimientos con mejoras técnicas y extensión del regadío.
·         Desde 1986 España se integra en el Mercado Común. La adopción de la PAC supuso la reorientación de las importaciones en favor de los países comunitarios; una subida de precios agrarios hasta su equiparación con los comunitarios; la adopción del sistema de cuotas que afectó sobre todo a la zona cantábrica -muy dependiente de la ganadería bovina- y a las zonas de cereal y de viñedo del interior peninsular; y la recepción de cuantiosas ayudas que contribuyeron a la modernización y elevaron las rentas y el nivel de vida de los agricultores. Para hacer frente a los problemas actuales se reforma la PAC en 2013 con tres objetivos: garantizar la seguridad alimentaria, conseguir una agricultura sostenible y contribuir al desarrollo territorial. Las medidas serán dos: en primer lugar las ayudas directas a través del FEAGA (Fondo Europeo Agrícola de Garantía); esto incluye un pago básico a los agricultores activos (es decir, que al menos un 20% de sus ingresos son por actividades agrarias) y dos pagos adicionales, uno para ayudar a los jóvenes agricultores (menos de 40 años) y otro ecológico (por conservar medio ambiente y paisaje). Además los estados pueden añadir dos pagos voluntarios, por estar las explotaciones en zonas con limitaciones naturales o para fomentar determinados sectores básicos. En segundo lugar la financiación a través del FEADER (Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural) para mejorar la competitividad a través de la innovación, el cuidado del medio ambiente y la mejora del nivel de vida y el empleo para evitar el despoblamiento agrario.

2.       USOS AGRARIOS (agricultura, ganadería y usos forestales)
La superficie se reparte entre tierras de cultivo (35%), pastos (14%) y zonas forestales (34%), con un predominio (60% frente a 40%) de la producción vegetal sobre la animal (aunque hay que ver las diferencias entre la cornisa cantábrica, Cataluña y Madrid, de predominio ganadero, Aragón y franja occidental leoneso-extremeña de situación equilibrada y la zona triguera del norte de Castilla a Navarra y zona sur y levante de predominio de la agricultura).
Con respecto a la agricultura tenemos que dividir este tema en estructura agrícola y productos agrícolas.
La estructura agrícola muestra que hay una tendencia a la especialización; en segundo lugar se han incorporado técnicas modernas, con semillas seleccionadas y cultivos transgénicos, uso de pesticidas y fertilizantes, uso de maquinaria, uso de nuevas técnicas como el acolchado –cultivo con bandas de plástico-, invernaderos –estructuras fijas de plástico o cristal que crean un microclima cálido y húmedo-, enarenado –capas de estiércol y arena para aprovechar la humedad y aportar abono a las plantas- y cultivo hidropónico –sin suelo, sobre todo para las flores, con la raíz de las plantas sujeta con grava, arena o ceniza-; en tercer lugar, la agricultura intensiva gana peso con respecto a la extensiva con la disminución del barbecho en secano (dejar descansar la tierra un tiempo variable, con el consiguiente descenso de la producción; el barbecho es escaso en el norte pero habitual en La Mancha y Aragón) y el aumento del regadío (aporte adicional de agua por aspersión, gravedad o goteo de tipo intensivo-frutas, hortalizas, cultivos tropicales al aire libre o en invernaderos con varias cosechas anuales e importancia económica, en litoral mediterráneo y zonas del Ebro y Guadalquivir- o extensivo –cultivos similares a los de secano, industriales y forrajeros con una sola cosecha en interior peninsular-; el regadío estabiliza la producción, incrementa los rendimientos, mejora el nivel de vida fija la población y provoca mejoras de preparación técnica y profesional pero provoca la sobreexplotación de aguas y su despilfarro, alteraciones medioambientales y el conflicto por el uso del agua entre las demandas urbanas, industriales y turísticas ante su uso agrícola).
Con respecto a los productos agrícolas vamos a indicar siete elementos principales:
·         Los cereales. Son cultivos herbáceos destinados a la alimentación humana (trigo, arroz), animal (cebada, maíz, avena, centeno) o producción de biocarburantes (cebada y trigo). Se dan mayoritariamente en zonas interiores de secano y su producción se enfrenta a los rendimientos superiores de otros países europeos.
·         Las leguminosas. Son cultivos herbáceos destinados al consumo humano en verde o en seco (judías, lentejas, garbanzos) o al alimento del ganado. Su zona de producción coincide con la anterior, siendo un producto de semibarbecho, ya que nitrogena el suelo. 
·         La vid. Cultivo arbustivo de secano que produce uvas para su consumo o (sobre todo) para la producción de vino. Su área se concentra en La Mancha y La Rioja, así como en la Ribera del Duero, Rías Baixas gallegas, Jerez o Cataluña. Su producción hasta 1990 se enfrentaba a los bajos rendimientos pero en la actualidad ha mejorado gracias a mejoras técnicas y promoción en mercados internos y externos, donde tiene la competencia de cerveza y bebidas no alcohólicas.
·         El olivo. Es un cultivo arbóreo de secano muy resistente a la sequía estival que se dedica a la producción de aceite de oliva (90%) o aceitunas de mesa (10%). Se produce en la submeseta sur y levante, pero sobre todo en Andalucía, siendo Jaén la mayor provincia productora. La producción española es la mayor del mundo, enfrentándose a problemas como el elevado precio derivado de la dificultad de mecanización, y la irregularidad de la producción.
·         Los cultivos hortofrutícolas. Se destinan al consumo en freso o en conserva. Su zona es diversa (secanos húmedos el manzano, zonas secas el almendro, frutales en áreas litorales, cítricos en Valencia y Andalucía y plátano en Canarias. 
·         Los cultivos industriales. Son productos como la remolacha (azúcar), algodón (tejidos), girasol o tabaco. Se dan en la zona sur y valle del Ebro. 
·         Los cultivos forrajeros. Se destinan a la alimentación animal (alfalfa, maíz forrajero) y se da en la zona de secano de la zona norte y en los regadíos extensivos. Su producción va ligada a la actividad ganadera.
En relación a la ganadería vamos a indicar que tiende a especializarse, aumenta la tecnificación, y gana peso su versión intensiva –razas extranjeras, industrial y estabulada, alimentada con piensos, cerca de los centros urbanos o en Cataluña y litoral mediterráneo-frente a la extensiva –España húmeda, razas autóctonas, se alimenta en prados y pastizales- y vamos a destacar cuatro sectores: bovino, ovino, porcino y avícola.
·         El sector bovino. Se dedica a la producción de carne y leche en el norte peninsular, dehesas occidentales y zonas de montaña en régimen extensivo y cerca de núcleos urbanos, Aragón, Castilla y León y Cataluña en régimen intensivo. Se enfrenta a la competencia de otros países europeos y de carnes más baratas (cerdo, ave). La política de la PAC ha beneficiado la producción de carne frente a la láctea.
·         El sector ovino. Se destina a la producción de carne y leche y secundariamente de lana. Se localiza en los secanos del interior peninsular (y su actividad es intensiva en cebo de corderos y extensiva incluyendo la trashumancia). En carne se basa en razas autóctonas y en leche extranjeras. 
·         El sector porcino. Para consumo en fresco, chacinería y embutidos. Se dedica de forma extensiva sobre todo al cerdo ibérico de calidad (dehesas de Extremadura, Salamanca, etc.) y de forma intensiva en Cataluña o Murcia. Su producción ha crecido por la demanda, pero ha generado excedentes.
·         El sector avícola. Se destina a la producción de carne y huevos. Se localiza en Cataluña, Aragón y Castilla y León, La carne necesita importar y los huevos exportar. 
En tercer lugar, dentro de la actividad forestal hay que indicar que España posee 19 millones de hectáreas, el 45% de ellas maderables, con frondosas (hayas, robles, etc.) y coníferas (pinos). Muebles y papel son los usos principales, con las zonas norte y de montaña como principales productoras (también hay pinos en Soria y eucaliptos en Hueva). Aun así es necesario importar un 25% de madera. 

3.       PAISAJES AGRARIOS
Resultan de la combinación de los factores físicos (medio natural) y humanos (actividad agraria practicada). Hay cinco tipos principales, dentro de los cuales indicaremos la estructura agraria (poblamiento, explotaciones y usos del suelo), la agricultura, la ganadería y la actividad forestal.
El paisaje del norte peninsular húmedo. Comprende el norte y noroeste, con relieve accidentado, escasas zonas llanas y clima oceánico lluvioso todo el año. La población es hoy escasa y envejecida por la emigración y la falta de expectativas y el poblamiento disperso intercalar. Las explotaciones son minifundistas, con escaso impacto de la concentración parcelaria. Los usos del suelo son principalmente ganaderos. La agricultura ocupa escasa superficie, con especialización en la actualidad en productos de huerta y forrajes (en el pasado se practicaba policultivo con productos de huerta). La ganadería es la principal actividad y se ve beneficiada por la demanda urbana, el clima y la escasa población rural. Predomina el ganado bovino para carne de terneros o leche y sus derivados.
El paisaje del interior peninsular. Comprende ambas mesetas y la depresión del Ebro, con relieve llano y elevada altitud media en la Meseta, y clima mediterráneo continentalizado con contrastes térmicos y sequía estival. La población agraria es escasa y envejecida, con poblamiento concentrado en pueblos (pequeños y próximos entre sí en valles de Duero y Ebro y grandes y distantes entre sí en la mitad sur peninsular). Las explotaciones son de diverso tamaño y los usos del suelo son agrarios, ganaderos y forestales. Hay diferencias entre la agricultura de secano (más extensiva, con la trilogía mediterránea –olivo, vid, trigo-) y el regadío (intensivo, con producción diversificada). La ganadería tiene importancia en los secanos (ovino, bovino de leche) y en las dehesas (porcino, vacuno, caza). Explotación forestal de encinas y alcornoques en las dehesas y de pinos en Soria.
El paisaje mediterráneo de costa. Comprende el litoral y prelitoral mediterráneo, valle del Guadalquivir e islas Baleares, con alternancia de relieves accidentados, llanos, montañosos y suaves campiñas y un clima moderado pero de fuerte sequía estival. La población, tradicionalmente numerosa, hoy es escasa por el éxodo a las ciudades y tiende hoy a la concentración excepto en las huertas litorales. Las explotaciones son de tamaño variable y los usos del suelo fundamentalmente agrícolas. La agricultura presenta diferencias entre las zonas de secano (cereales, vid, olivo, almendros) y de regadío (cítricos, frutos tropicales). La ganadería es bovina y porcina en Cataluña, ovina en secano y de reses bravas en Andalucía. La explotación forestal es escasa excepto en Huelva (eucaliptos).
El paisaje de montaña. Posee un medio físico de condiciones extremas (elevada altitud, pendientes, frío, precipitaciones abundantes (sobre todo en forma de nieve). Densidad poblacional muy baja, con tendencia a la concentración en los núcleos de los valles. Coexisten pequeñas explotaciones privadas y zonas municipales de aprovechamiento vecinal, Los usos del suelo son diversos (agricultura en valles, ganadería en los pastos de las cumbres,  explotación forestal en vertientes). La agricultura de los valles se centra en cultivos de huerta, mientras que en las montañas hay olivos y almendros en bancales y terrazas. La ganadería es extensiva y la explotación forestal es de madera como pino, castaño o eucalipto y de leña.
El paisaje canario. Está caracterizado por un relieve volcánico accidentado con clima cálido todo el año (precipitaciones escasas e irregulares). La población está en retroceso por la atracción de otras actividades como el turismo, el poblamiento disperso laxo con pueblos pequeños y explotaciones contrastadas (grandes regadíos litorales y pequeñas y medianas explotaciones en el interior). Los usos del suelo son agrícolas. La agricultura está contrastada entre áreas litorales con monocultivos de exportación (plátano, etc.), cultivos tropicales (piña, papaya) y bajo plástico (pimientos, flores) y zonas medias y altas del interior con secano (vid y patata, con retroceso del trigo). La ganadería es escasa y asociada a la agricultura y explotación forestal que aprovecha la madera de fayal-brezal y laurisilva.

4.       PROBLEMAS Y SUS POSIBLES SOLUCIONES
El mundo rural cada vez es más heterogéneo y complejo debido al malestar urbano (precio de las viviendas, contaminación) y a la tendencia a descentralizar. Los nuevos usos del espacio rural son residenciales, industriales, terciarios y cultural-conservacionistas. Las consecuencias son positivas (mayor equilibrio en la distribución de la población, integración territorial, recuperación de economías rurales) pero también negativas (degradación medioambiental, competencia por recursos como agua o suelo, conflictos sociales) por lo que son necesarias políticas armonizadoras.
El mundo rural entra en crisis que se aprecia en varios indicadores: escasa población en las actividades agrarias (4,5%) y en su contribución al PIB (3%), reducción de la participación agraria en el comercio exterior.
Los problemas rurales los podemos agrupar en cuatro grandes grupos: demográficos (envejecimiento, escasa cualificación de la mano de obra), económicos (dependencia cada vez mayor de la industria y los servicios, nuevas exigencias de seguridad alimentaria, sanidad y bienestar animal, insuficiente empleo de las nuevas tecnologías), sociales (problemas en la calidad de vida) y medioambientales (alteraciones, reducción de la biodiversidad, amenaza a los paisajes tradicionales).
Una solución planteada, novedosa, es la agricultura ecológica, que utiliza sistemas naturales para producir, sin productos químicos. Sus productos son más sanos pero más caros y de momento su punto fuerte es la exportación ante la escasa demanda interna.
Las políticas de desarrollo rural son llevadas a cabo por tres administraciones: La Unión Europea (que plantea directrices generales y concede ayudas procedentes del FEADER (Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural); el Estado español (a través del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, con el Plan Estratégico Nacional y el Plan para el Desarrollo Sostenible del Medio Rural; y las comunidades autónomas, con sus propios programas de desarrollo rural.

B EL ESPACIO PESQUERO
La actividad pesquera ha ido perdiendo peso en nuestra economía, si bien sigue siendo importante en zonas como Galicia y su presencia en nuestra dieta es muy importante.
Dentro de este apartado veremos cuatro elementos:
Espacio pesquero
Actividad pesquera
Crisis de la pesca
Acuicultura

1.       Espacio pesquero
Nuestro espacio pesquero abarca desde la costa hasta 200 millas náuticas (formando la ZEE, zona económica exclusiva de pesca), con ocho regiones: noroeste, cantábrica, tramontana, levantina, surmediterránea, suratlántica, balear y canaria. Además, nuestra flota faena en caladeros europeos e internacionales.
2.       Actividad pesquera
El destino principal de la pesca es el consumo humano en fresco, aunque también hay procesos de congelación, conserva, salazón, etc. La región gallega es la principal y las especies capturadas son en un 90% peces (merluza, anchoa, atún, sardina), moluscos y crustáceos. La flota es de tipo artesanal con embarcaciones de pequeño tamaño, con técnicas tradicionales, y también hay una flota de altura y gran altura, con grandes barcos, que pescan en caladeros internacionales y pasan incluso meses fuera de puerto. Hasta 1976 el volumen de pesca desembarcada fue muy alto, fomentado por la alta demanda. Pero ha ido descendiendo debido al agotamiento de caladeros nacionales, cuotas y trabas en caladeros internacionales. La entrada en la Comunidad Europea supuso la adopción de la PPC (Política Pesquera Común) formalizada en 1983, que implica la liberalización de intercambios pesqueros y la adopción de directrices comunitarias.
3.       Crisis de la pesca
Los principales indicadores son el descenso de la población dedicada a la pesca (0,25%), disminución de su contribución al PIB (menos del 1%) y un comercio exterior muy deficitario.
A los problemas habituales habría que sumar el de los caladeros; la pesca se realiza en caladeros, que son lugar apropiados para calar o tirar las redes; pero el caladero nacional es insuficiente por la sobreexplotación y la contaminación, frente a lo que se busca una política de recuperación integral de los recursos; en los caladeros comunitarios hay un sistema de cuotas para asegurar la sostenibilidad de las capturas; a nivel internacional la pesca depende de los acuerdos internacionales a través de la UE, que muchas veces dependen de intereses ajenos a la pesca. Señalamos también problemas demográficos (población escasa y envejecida), económicos (excesivo tamaño de la flota, escasa diversificación, insuficiente empleo de las nuevas tecnologías, necesidad de mejorar transformación y comercialización, necesidad de adoptar nuevas normas de seguridad, sanidad y bienestar animal), sociales (con problemas en la calidad de vida, para lo que se han tomado medidas como revaloración de la pesca –mejorando infraestructuras, concediendo ayudas, fomentando la acuicultura- y la diversificación económica –atrayendo inversiones, fomentando la reconversión profesional de los pescadores-), medioambientales (sobreexplotación –exceso de capturas y uso de artes de pesca indiscriminadas, que se intentan paliar con paros biológicos, tallas mínimas, repoblamiento de caladeros, etc.- y contaminación –debido a vertidos de combustibles de los barcos, con lo que se busca evitar esos vertidos y regenerar las zonas degradadas-).
Nuevamente hay tres administraciones implicadas, la UE (que impone directrices y concede ayudas a través del FEP (Fondo Europeo de Pesca), el Estado español (con competencias exclusivas sobre la flota y la planificación: a través de la Ley de Pesca del Estado y Plan Estratégico Nacional) y las comunidades autónomas (que tienen competencias en sus aguas costeras y en el marisqueo y los cultivos marinos).
4.       Acuicultura
La acuicultura es la cría de especies vegetales y animales acuáticos, marinos y de agua dulce.
Distinguimos dos tipos: marina (pulpo, mejillón, ostras, almejas y berberechos, con importancia en Galicia y doradas, lubinas, etc. en aguas más cálidas) y continental (en agua dulce, con truchas, cangrejos, carpas etc.).
Los problemas son los elevados costes de instalación y de producción (que reducen la competitividad), las enfermedades y la contaminación de las aguas. Por ello, esta actividad es impulsada desde la UE y España para aumentar la competitividad, y se conceden fondos para mejorar las instalaciones, promover la investigación, garantizar la seguridad, la sanidad y el bienestar de los animales y evitar la contaminación.
VOCABULARIO (ver libro)


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